
Cortadoras de hortalizas: seguridad, cuidado y eficiencia en tu cocina profesional
En el mundo gastronómico, la eficiencia no solo depende del talento del chef o de la calidad de los ingredientes, sino también de las herramientas que se utilizan en la cocina. Una cortadora de hortalizas es un aliado indispensable para restaurantes, hoteles y negocios que requieren optimizar tiempos de producción sin sacrificar la calidad y presentación de sus platos.
Sin embargo, al tratarse de un equipo de uso intensivo y con piezas filosas, su correcta manipulación y mantenimiento son claves para garantizar seguridad, durabilidad y resultados óptimos en cada preparación.
Uso correcto: el primer paso hacia la seguridad
El correcto funcionamiento de la cortadora comienza con pasos simples pero fundamentales: asegurar la máquina con el cierre de la tapa, colocar los discos de manera adecuada y comprobar que estos queden bien encajados antes de iniciar.
En el caso de discos dobles, es esencial encajar la pestaña en la hendidura antes de instalar el disco superior. Nunca se deben manipular los discos por el lado del filo, ya que existe un riesgo evidente de corte.
Otro aspecto clave es el uso del empujador original de la máquina. Empujar los alimentos con la mano o con objetos improvisados no solo compromete la seguridad, sino también el rendimiento del equipo. Además, se recomienda no sobrecargar la boca de alimentación, ya que el exceso de producto puede dificultar el proceso y dañar el motor.
Advertencias importantes para un uso seguro
Las cortadoras están diseñadas para trabajar de manera continua durante un máximo de una hora, con pausas de 15 minutos entre cada ciclo. Este detalle permite evitar sobrecalentamientos y prolonga la vida útil del motor.
Durante el rallado de quesos, un truco fundamental es asegurarse de que estos estén fríos y en trozos. De lo contrario, el producto puede atascarse o perder la textura deseada. Asimismo, cada 5 kilos de queso rallado es recomendable limpiar el disco, ya que la acumulación de grasa puede provocar colapso o un resultado irregular.
Nunca se debe retirar el producto por la abertura lateral mientras la máquina esté en uso o cerrada. Tampoco es recomendable intentar cortar alimentos distintos a frutas, verduras o quesos sin la asesoría de un experto, ya que cada equipo está diseñado con un propósito específico.
Limpieza y cuidados: La clave de la durabilidad
La limpieza de la cortadora y sus discos es tan importante como su uso correcto. Los discos deben lavarse inmediatamente después de utilizarlos, ya que dejarlos sucios por mucho tiempo puede generar corrosión. Además, es esencial que se sequen por completo antes de guardarlos.
Un error común es apilar los discos en cajones o cajas, lo cual puede deteriorarlos con rapidez. La recomendación es colgarlos en la pared o almacenarlos en secadores de platos, evitando el contacto entre uno y otro.
Para su limpieza, se debe usar una escobilla de seguridad, nunca esponjas o paños, ya que el riesgo de corte es alto. En cuanto a la máquina, es recomendable lavarla de inmediato tras su uso y mantenerla alejada de entornos húmedos, que podrían generar corrosión o calcificación en el motor.
Un equipo diseñado para profesionales
Las cortadoras de hortalizas han sido diseñadas pensando en las exigencias de las cocinas profesionales. Modelos como el CL50 Gourmet, por ejemplo, incluyen discos con pestaña que ofrecen mayor seguridad y precisión. Estos equipos no solo ayudan a ganar tiempo en la preparación de grandes volúmenes de alimentos, sino que también aseguran cortes uniformes que elevan la presentación de cada plato.
En definitiva, la clave está en combinar uso responsable, cuidado constante y limpieza adecuada para obtener el máximo provecho de esta herramienta que se ha convertido en un imprescindible de la industria gastronómica.
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